El Duende

Un día Graciela la niña mas bonita de su pueblo, a la que todos los cipotes cortejaban , se encontraba comiendo frijoles salcochados, comiendo sus tortillas con una tira de queso fresco, sentada sobre un banco a la orilla de la desvencijada mesa, cuando de un ángulo inlocalizado, cayó un terrón de pared en la comida. Ella sin pretensión alguna contó a su abuelita el hecho, - Mire mamita, me cayó tierra en los frijoles-dijo simplemente.

La abuela un poco contrariada contesto: ¡Adiós madre todo tiene que sucederte a vos !

Graciela casi no comió y mas tarde,olvidado ya el incidente, fue a lavar los trastos de la cena.

Agachada fregando los sartenes, jarros y platos, estaba cuando volvió a recibir, entre medio de las modestas vajilla, otro terronazo. Aun sin prestarle mayor atención al detalle, termino sus quehaceres y a la luz del foco se puso a leer una revista, mientras llegaba la hora de acostarse. Estaba en esos momentos cerca de ella: sus padres, su abuelita y una joven vecina. Serian las siete de la noche y era un día martes 7 de junio. De repente, de lo alto del techo cayó a los pies de Graciela otro terrón, que al estrellarse contra el suelo se pulverizo, dejando en el lugar del impacto una especie de estalagmita en miniatura.

El susto fue general, pues el terrón era de regulares proporciones. -¿Quien hijo de ...estará tirando?- dijo airadamente el padre de Graciela.

Fue entonces cuando Graciela narro los dos casos que esa misma tarde le habían acontecido.

¿Quien podrá ser? Hay que ponerse en cuidado -dijo la madre . Unas horas mas tarde, un grito de Graciela hizo que la luz se encendiera nuevamente.

-Papa alguien me toco la pierna,-dijo Graciela entre sollozos.

El padre se tiro de su lecho y con un garrote en la mano fue a registrar todos los rincones y debajo de las camas . Nada encontró.-Persignate hija-recomendó la madre , visiblemente preocupada.

-A lo mejor fue una rata que paso sobre vos-dijo el padre, no muy seguro de lo que decía.

A eso de las diez y media; aunque todos estaban dormidos , nitidamente oyeron el golpe de algo pesado y grande que callo al cetro del cuarto ; pero nadie dijo nada. Posteriormente escucharon un ruido mas grave por lo que el padre encendió la luz.

¿Que fue eso? Me pareció oír que todos los trastos se habían caído del cajón y que las mesa y las sillas también.

-Yo también oí , pero primero oí que cayó al centro del cuarto algo así como un saco de ladrillos o piedras dijo Graciela.

Aquella mañana, el agua de la pila estaba a diferencia de todos los días, sin el frió agresivo del hielo de la noche; por el contrario estaba tibiesita, agradable y con olor a rosas frescas.

La moza comenzo a bañarse y cuando estaba pasándose el paste por las piernas - noto cinco parches morados-verdosos.Eran las huellas de la invisible mano que la tocara la noche anterior.

Desde ese día Graciela sentia la presencia de alguien que la espiaba constantemente.

Su familia ante tan desesperado caso se lo contaron a la comadre Juancha, esta se lo contó a otra y así sucesivamente fue pasando por boca de muchos hasta llegar a oídos de la comadre Tomasa y la doña Toña, quienes le aconsejaron a Chelita que tomara posiones de medicamentos para alejar de su lado al Duende ya que para ellas sin lugar a dudas era el Duende quien la visitaba; además le recomendaron un brebaje de hojas de ruda con siete dientes de ajo. Graciela efectuó este acto y tomo todo lo que le habían recomendado. Posteriormente el Duende se retiro y nunca mas sintieron la precencia de el.

El Duende se dice que es un espíritu enamorado y que siempre busca a las muchachas mas bonitas y no las deja en paz hasta que que ve algo malo en ellas.