Se dice que unos indios llevaban la imagen de Nuestra Señora de Santa Ana a Honduras, pero al pasar por Santa Ana ya era de noche y decidieron pernoctar en una gran ceiba que estaba situada en la única plazoleta de el lugar, llamada en ese entonces Sihuatehuacan.
El día siguiente al amanecer quisieron levantar la imagen para seguir su camino pero esta se les puso muy pesada y fue imposible moverla por lo que decidieron dejarla en ese sitio ; levantando después allí una ermita y posteriormente una iglesia. Sobre la señora de Santa Ana se cuenta también que durante la ¨Revolución del 44¨ celebradas en el cerro Techan, los soldados desesperados y sin armas y con el bando contrario muy cerca de ellos; vieron de repente que una señora extraña, alta y hermosa que llevaba un bulto en su delantal y un cántaro de agua en la cabeza, les empezó a dar de beber agua.Después de todo esto supieron que esa extraña señora era en realidad Nuestra Señora de Santa Ana quien los había librado de esa batalla.
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